viernes, 17 de junio de 2011

Depresión: cuando solo queda la renuncia


De sobra es conocida la mala fama que tiene la primavera, que no solo debe alterar la sangre, sino también los ánimos porque es la época del año en que más depresiones suelo tratar.
Todos hemos tenido cerca un familiar, un amigo deprimido y parece que es sencillo hacerse una idea de cuáles son los síntomas que siente una persona con depresión. Aún así hay aspectos que a veces pasan desapercibidos.
Si pudiésemos encontrar un denominador común a toda depresión, ese sería sin duda la actitud de renuncia a cualquier cambio. La persona deprimida se siente víctima de algo que no puede superar, algo con lo que no puede combatir y esta situación le lleva a renunciar y, en consecuencia, a la resignación. Sus problemas se reflejan en un espejo roto en mil pedazos, que no cree pueda volver a recomponer.
Puede ser que sienta que nunca ha sido capaz o que, durante un tiempo, pensase que era capaz y ahora ya no lo crea; puede ser que sean los demás los que le han desilusionado o que el mundo tal y como existe no le guste y crea que son los demás los que deberían cambiar para que pueda funcionar correctamente.
El trabajo terapéutico con personas deprimidas se basa en una secuencia de maniobras terapéuticas que conducen al paciente a través de una serie de experiencias concretas que acaban por romper su visión de la realidad y su consiguiente reacción.
Las personas que rodean y se preocupan por la persona que sufre un estado depresivo tienen un papel difícil. Es frecuente que intenten ayudar de diversas formas: escuchan los sentimientos de dolor o dejan de escuchar debido a la frustración de no sentirse capaces de ayudar; se muestran comprensivos con cualquier comportamiento o pierden por completo la paciencia enfadándose ante la negativa a reaccionar del depresivo.
Estos intentos de solución, llevados a la práctica con la mejor de las intenciones, no suelen dar buenos y duraderos resultados y, en ocasiones, los problemas se cronifican. Que una persona deprimida acuda a consulta no siempre es fácil porque no suelen tener fe en ningún cambio. Pero esto no es un impedimento, al contrario. Es importante solicitar ayuda, acudir, aunque no se crea, porque al final, en manos de un terapéuta experimentado, la fe vendrá.
Mucho ánimo desde estas líneas a todas aquellas personas que se sientan identificadas con estas palabras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario