sábado, 8 de octubre de 2011

Cuando son los pacientes los que hablan...



Hoy he recibido esta carta escrita por los padres de una paciente con el objetivo de contar su experiencia y transmitirla a otras personas o familias que estén pasando por un mal momento. Me ha emocionado mucho leerla. Desde aquí, gracias por vuestro cariño y vuestra confianza.

Nuestra hija se fue adentrando en un bosque que se hacía cada vez más denso y oscuro y del cada vez era más difícil salir. A ese bosque le condujeron muchas circunstancias y también, sin darnos cuenta, nosotros, sus padres.

Cuando se ven las cosas mal, mal, se busca tan desesperadamente la solución que es fácil caer en las manos equivocadas, pero con Andrea tuvimos los tres (mi hija, mi marido y yo) desde el principio la confianza de que era la persona correcta, era la que nos podía poner en el camino de salida de ese bosque, y creo que eso es el mejor punto de partida: la confianza, porque pueden venir cosas duras en la terapia y esa confianza y ese apoyo es lo que te ayuda y te permite atravesar el camino que hay que recorrer con todos sus baches y obstáculos; “no hay atajos” es una frase que ella me repitió varias veces y que asumí. Y es cierto que no ha habido atajos para un camino que hemos tenido que recorrer los tres, porque cuando tu hijo tiene problemas serios, la terapia no es sólo suya, sino para la familia: todos somos piezas de un puzzle que hay que recomponer.

Nuestra hija se había creado una “fantasía” para poder manejar su angustia y sus problemas. Andrea le dio la mano y entró con ella en ese bosque enmarañado para comprenderlo. Después, nos hizo meternos en su “fantasía” para poder sacarla de allí, y lo hizo con tanto acierto y con tanta sensibilidad, que dudo de que nadie lo hubiera hecho mejor.

Creo que nada mejor que las palabras de nuestra hija al final de su terapia para terminar este comentario: “Siento que Andrea me ha ayudado a encontrar los recursos para salir de esto, porque yo tenía en mí la capacidad para salir, pero no la encontraba. El otro psicólogo me decía tienes que hacer esto o lo otro, o me quería hacer ver lo evidente, que yo soy guapa, inteligente, tengo buen tipo, ...pero no me servía. Ella me ha ayudado a encontrar yo misma lo que yo tenía que hacer para salir”. Y durante esa búsqueda todos hemos crecido: ella como persona, nosotros como padres.

fuente fotografía: http://sobreespaña.com (El bosque de Muniellos)

No hay comentarios:

Publicar un comentario