Pensamientos obsesivos

"Cuando la inseguridad en busca de certezas nos domina, el pensamiento se convierte en nuestro enemigo"
Krishnamurti

Cada vez son más frecuentes los casos de personas (tremendamente racionales y juiciosas en sus vidas) que en un momento determinado comienzan a obsesionarse por pensamientos que los bloquean y les hacen vivir presa de un profundo terror en el día a día. Personas que de repente temen hacer daño a sus hijos, temen haber cambiado de orientación sexual, temen perder el control sobre si mismos y arrojarse delante de un coche. Personas que incluso empiezan a dudar sobre si han llegado a realizar o no determinados actos deplorables, o que realizan un análisis tan minucioso de cada detalle antes de tomar una decisión, que acaban dudando de cualquier posible opción.

Parece que estamos viviendo un periodo cultural en el que pensar demasiado se está volviendo una costumbre. Lo cierto es que pensar y repensar las cosas en la vida cotidiana, muy frecuentemente, es una gran fuente de ansiedad, sufrimiento e incluso, incapacidad personal y relacional. De acuerdo con las palabras de G. Nardone, las tipologías psicológicas de dudas se pueden clasificar en aquellas que generan:

- Un intento de control racional de nuestras sensaciones, emociones y correspondientes reacciones fisiológicas: la paradoja "del control que hace perder el control".

- Un intento de anular los pensamientos incómodos y temidos: la paradoja de "pensar no pensar".

- Un intento de encontrar respuestas ciertas y tranquilizadoras a los dilemas irresolubles: la trampa de las "respuestas correctas a preguntas incorrectas".

Para combatir la duda patológica es muy importante la ayuda terapéutica, que tiene por objetivo desmontar con el propio pensamiento, las trampas que el mismo nos tiende.

Partiendo de la lógica de la propia duda se guía a la persona a focalizar sus esfuerzos en bloquear los recorridos lógicos que se orientan hacia lo ilógico, porque como decía Emil Cioran "toda obsesión se satura de sí misma".